martes, 15 de marzo de 2011

perdona por entrar sin llamar

ocultan las manos allí donde nadie se fija. se acarician, se dan apretones cariñosos el uno al otro.
ella le mira mientras él escribe con la otra mano, y le sonríe. es feliz. le tiene ahí, a su lado. y mientras todos miran hacia delante, o escriben, finjen prestar atención, piensan en lo que van a ponerse este viernes o en que tienen que subir las fotos del viaje. ella no necesita nada más.
son las ocho y media de la mañana
y no necesita ni dormir, ni tiene sueño. no quiere ni escribir apuntes, y ya hace un rato que ha dejado de prestar atención. no necesita viernes ni tampoco subir fotos del viaje.
de pronto, ese clima tan perfecto se rompe, él le suelta la mano y se vuelve de espalda, dejando la mano de ella en el vacío, sola
ella se remanga y oculta la mano debajo de la mesa. pasa un rato y mueve el pelo. silencio. las sonrisas callan y las miradas se ocultan. las manos no se mueven, casi no se nota que respiran. más silencio.
entonces
mientras escribe, él le detiene la mano, y se fija por si estaba escribiendo. deja que termine, le quita el boli y vuelve a cojerle de la mano, le mira y le habla bajito, casi sin voz
y le dice unas palabras que ahora sólo ella escucha, sólo ella entiende, en ese clima tan perfecto, que parece que están solos, entre tanta gente


perdona por entrar aquí sin llamar y sin pedir permiso ni contraseñas. pero esta mañana he visto una de las escenas que más me han gustado durante mucho tiempo, y como tú no la contabas al mundo, necesitaba hacerlo yo. y como es tuya, te la doy, para que la tengas siempre aquí, ya que en mi blog no tendría sentido.
pd. sí, de toda esa gente que no echaba cuenta, ni se daba cuenta de lo vuestro, era yo la única que lo hacía. perdona otra vez, por ser tan curiosa.
te quiere, claudia.

sábado, 8 de enero de 2011

se ríe mientras habla por teléfono.
sí. es él.
y qué maravilloso es el mundo, ahora que puede escucharle a través de aquel aparato,
que él le esté diciendo cosas bonitas o no.
que se rie,
y ahora no.

y sí,
su silencio también es bonito. ahora que le escucha ella.


claudia

martes, 4 de enero de 2011

adiós 2010

No puedo resumir 365 días en unas cuantas líneas. no puedo contarlo todo porque son muchos segundos y cada uno es especial y diferente, aunque fueran segundos de sueño. no puedo nombrar a todas las personas que me han acompañado durante este año, todas las que han sido y son importantes para mí, las que me han ayudado a levantarme cuando me he caido, las que me han hecho caer, con las que he reído, llorado, bailado, cantado, amado. no puedo nombrar todas las veces que he sentido un cosquilleo en el estómago porque son infinitas, y por personas diferentes. tampoco los chapuzones que me di en este verano. ni siquiera puedo cantar la banda sonora del 2010 porque hay tantas y tantas (y tantas) canciones que protagonizan cada momento. y es que no puedo contar ni los cubatas, y eso que han sido pocos, porque me deslizo y me salto del tema y acabo hablando del sábado noche. o quizás de la despedida del 2010 a lo grande. incluso puedo hablar de las noches a pies de una torre de oro, o de aquella en la que corrí a espaldas de un amigo mientras llovía. no puedo contar cuantos abrazos he dado, porque han sido tantos como las estrellas que hay en el cielo y solo se ven desde allí. no puedo contar las sonrisas, ni aquellas veces que detectamos sonrisas y nos pillaron. no puedo contar los te quiero, los te amo. no puedo contar cuantas veces los he sentido. ni las veces que he sentido que todo se me escapaba de los dedos, que la felicidad no existía realmente. tampoco puedo hablar de las peliculas que he visto, ni las que me han destripado, ni la de lágrimas que se me han escapado mientras las veía. ni la de líneas de los libros que he leido. ni los sitios nuevos que he visitado, los que he conquistado, los que he robado. ni la de horas pasadas en clase, la de tonterías que hemos hecho, las fotos, los vídeos, las canciones, la decoración, las pipas, las cartas. todas las cosas que han hecho de este un año especial.
De este año no puedo más que decir que ha sido el mejor. está lleno de casualidades, de decisiones vitales tanto como un sí o un no a las doce de la noche de un ocho de septiembre. lleno de personas, las de siempre y muchas nuevas. personas que ahora forman parte de mi vida, y quizás lo son ya. ellos son mi vida. ellos son con los que comparto cada momento, por los que me levanto y me acuesto. ellos son los que me hacen llorar cuando se van, pero me han hecho reir a carcajadas, me han enseñado que la vida es demasiado bonita para desperdiciarla. y que algunos me han subido muy alto para después dejarme caer en el suelo, sí. que algunos se fueron sin dar explicaciones, sí. que algunos simplemente aparecieron sin poder decirles que no, sí.
pero claro, que algunos siempre me sacan una sonrisa, sí. que las horas se pasan como segundos cuando estamos juntos, sí. que les quiero, y que lo doy todo por ellos, sí.
Lo mejor es que si este 2010 ha sido grande, el 2011 lo será más. serán los mismos, pero de principio a fin. serán más momentos, más sonrisas, más canciones, más lugares que conquistar, más chapuzones en verano, más lágrimas, más gotas de lluvia, más abrazos, más películas. más de todo. más y mejor.

martes, 28 de diciembre de 2010

T-e-a-m-o

Analiza todas sus letras. es amo, del verbo amar. Que ya no hablamos de querer, que ya se queda pequeño (y puedo asegurar que yo ya no te quiero, que son pequeñeces)
pero ¿amar? amar. yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman.
Amar, amor. ámame.
¿No es raro? Amar.
aunque en realidad no sé porque me escandalizo tanto, he gritado y escrito "te amo" hasta decir basta.
Pero ahora es distinto, ahora ya no es amar como la primera vez que todo es precioso y a los dos meses ya ni hay amor ni hay mierda; esta vez es diferente, es todo más perfectamente imperfecto, y juraría que hay más amor.
Analiza todas sus letras. las siento, las digo. Te amo

sábado, 25 de diciembre de 2010

historias de la noche del 24

Se paró el mundo. se acabó el oxígeno en la habitación, los relojes dejaron de hacer tic tac, los ojos no volvieron a parpadear. nos quedamos paralizados, por eso de que la cosas no acaban hasta que sale la palabra fin y aún no había aparecido.
era pasar de ser a no-ser.
la noche del 24 se distingue por la magia, que faltó durante este encuentro. Y si la noche del 24 hubiera sido como planteaba a eso de las ocho de la tarde, hubiera sido la nueva noche de terror. no habría magia, habría lágrimas, y sueños rotos, y promesas que no se cumplirían.
esa fue la primera impresión de la noche del 24, pero es una historia que no acaba aquí. por suerte, jamás salió la palabra fin

jueves, 23 de diciembre de 2010

pero espera, que también nos hemos enamorado

Cambiamos las piscinas y los bikinis por los jerseys y las mantas de invierno. Los montones de cartas por los montones de libros, las risas cada noche por las risas cada mañana (entre clase y clase). Cambiamos las caras que fueron nuevas, por unas más nuevas todavía. Archivamos todos sus nombres, sus voces, sus ojos, los que te buscan y que, dormidos, te saludan cada mañana. Las sonrisas, las palabras, los consejos, y poquito a poco, los abrazos, los te quiero, las anécdotas. Y guardamos todos los momentos, que en un futuro, serán anecdotas también, pero nuestras; de todos nosotros.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Besos

de esos, de los que callan, y te dejan como ausente durante un tiempo.
Besos lentos, que parece que van a cámara lenta, pero el mundo sigue su ritmo.
De los que casi ni se rozan, de los que no pueden esperar más, de los grandes, apasionados e incluso babosos, sí, también.
Que hagan que me chupe los labios solo para volver a sentir su sabor (que sí, que lo hacen), que me dejen sin respiración, que sean de imprevisto, prohibidos.
Besos, de esos;
de todas clases;
suyos.