martes, 30 de noviembre de 2010

domingo, 28 de noviembre de 2010

Noticias recientes.

Él se está muriendo por salir a la calle, a donde ella vive,
esté lloviendo
nevando
diluviando
con huracanes
para poder abrazarla.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Aunque haya lluvia en el cristal

Viajabamos a la velocidad de la luz, de manera que las horas parecían segundos, cuando los segundos deberían haber sido horas.
Y el frío, poquito a poco, se apagaba con tus manos.
Besos, inseguridad; y más besos, hasta que desaparece.
Eres tú quién le da calor a las mañanas y sueños a las horas dormidas. Despiertame con otro beso, llevame por las calles que no conozca, quiéreme hasta que no puedas más. Y sobretodo, sacame una sonrisa estúpida, haz que intente ser fuerte pero no pueda. Sé, para mí.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Escalofrío

Tapó sus penas y sus lágrimas con mantas de invierno, mientras que buscaba las sonrisas desperdigadas por el sofá; pero allí no había nada.
Estaba triste, y no sabía por qué. Su presencia era una puñalada en el estómago, pero a la vez el no verle hacía que se sintiese pequeña e inútil. ¿Para qué estaba ahí si no era para estar con él? Aunque después no fuera más que un segundo.
Recordó, pensó, imaginó
y nada de ello hacía que se sintiera mejor, nada conseguía levantarle, estaba en el subsuelo (o por debajo de él). Era una bomba con cronómetro a punto de estallar en lágrimas.
Vio todo lo que podía ser y no era, todo lo que podría haber alcanzado.
Fue el momento en el que entró un rayo de sol por el ventanal, debería de ser un gran día, no podía consumirse en la pena.
Había aprendido la lección, jugar al azar, nunca saber donde puedes terminar o empezar, se levantó y recogió las lágrimas, directas al desagüe. Y sonrió como hacía tiempo que no lo hacía.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Qué pasaría si...?

Era un día cualquiera de un mes cualquiera, una hora temprana.

Se levantó y su cama no estaba sola, se vistió y se montó en el coche. Iba con rumbo pero sin querer encontrar la dirección, con las converses rojas chirriando a cada paso. Y cuando llegó, tan solo de mirarlo se perdió.
Pero su cabeza dijo "Es un día cualquiera" y dio un paso y otro. Y otro.
Un día cualquiera que fue el primer día del resto de su vida.