domingo, 14 de noviembre de 2010

Escalofrío

Tapó sus penas y sus lágrimas con mantas de invierno, mientras que buscaba las sonrisas desperdigadas por el sofá; pero allí no había nada.
Estaba triste, y no sabía por qué. Su presencia era una puñalada en el estómago, pero a la vez el no verle hacía que se sintiese pequeña e inútil. ¿Para qué estaba ahí si no era para estar con él? Aunque después no fuera más que un segundo.
Recordó, pensó, imaginó
y nada de ello hacía que se sintiera mejor, nada conseguía levantarle, estaba en el subsuelo (o por debajo de él). Era una bomba con cronómetro a punto de estallar en lágrimas.
Vio todo lo que podía ser y no era, todo lo que podría haber alcanzado.
Fue el momento en el que entró un rayo de sol por el ventanal, debería de ser un gran día, no podía consumirse en la pena.
Había aprendido la lección, jugar al azar, nunca saber donde puedes terminar o empezar, se levantó y recogió las lágrimas, directas al desagüe. Y sonrió como hacía tiempo que no lo hacía.

1 comentario:

  1. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION
    IRENE

    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE


    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

    José
    Ramón...

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